Debo trabajar...
…pero no quiero. Es que este país es muy injusto.
Esa estupidez del sueño americano que se la cuenten a otros más ingenuos. Aquí lo que queda es tratar de salir adelante para vencer a la historia de tiranía y opresión. Por eso, debo trabajar.
Eso de que el trabajo es la base del crecimiento y la grandeza de este país, que se lo vendan a otro. Este país es para el opresor, y es tan notorio, que sólo los opresores salen adelante. En cambio, yo, lo único que tengo como opción es trabajar… arduamente, porque tengo cuentas que pagar y debo cumplirlas.
Debo trabajar para cumplir con las necesidades que los opresores imponen sobre nosotros. No entienden que en la tierra de mis antepasados, el trabajo era sólo para alcanzar lo elemental, sobrevivir, vivir tranquilo y feliz, y disfrutar la vida. Por eso, no quiero trabajar, porque no me deja tiempo de disfrutar la vida. Pero debo trabajar.
Debo trabajar, tener incluso dos empleos. Mal pagados, agotadores, en horarios complicados, con jefes ineptos e incapaces, y con compañeros que no saben lo que es la buena vida. Deberían escuchar de mi lo que es la buena vida, la que desde mi adolescencia he llevado… pura fantasía y diversión.
Por eso no quiero trabajar… lo que quiero es disfrutar la vida como lo he hecho antes… como lo hacen mis amigos, quienes llegan a visitarme al trabajo para mostrarme la buena vida que me estoy perdiendo en estos preciosos instantes, por estar acá metido, trabajando. Ellos sí saben lo que es vivir… y me lo recuerdan. Música, ritmo, cigarros, botellas, sexo y diversión… eso es vida, y no esta carga de trabajar.
Debo trabajar, para poder tener el dinero desechable que necesito para disfrutar la vida como quiero; y para pagar las cuentas, ahora que todo está muy caro y los niños quieren tantas cosas que tengo que gritarles que no son ellos los que mandan, soy yo. Así me lo enseñaron mis padres, y seguramente, así lo aprendieron ellos de mis abuelos. A gritos, de la misma manera que les enseñaron a ellos en el trabajo, cuando los obligaron a trabajar, trayéndoles por la fuerza y con cadenas desde la tierra de mis ancestros, donde vivían tranquilos sin necesidad de ser obligados a trabajar…como esclavos de este país.
Esa estupidez del sueño americano que se la cuenten a otros más ingenuos. Aquí lo que queda es tratar de salir adelante para vencer a la historia de tiranía y opresión. Por eso, debo trabajar.
Eso de que el trabajo es la base del crecimiento y la grandeza de este país, que se lo vendan a otro. Este país es para el opresor, y es tan notorio, que sólo los opresores salen adelante. En cambio, yo, lo único que tengo como opción es trabajar… arduamente, porque tengo cuentas que pagar y debo cumplirlas.
Debo trabajar para cumplir con las necesidades que los opresores imponen sobre nosotros. No entienden que en la tierra de mis antepasados, el trabajo era sólo para alcanzar lo elemental, sobrevivir, vivir tranquilo y feliz, y disfrutar la vida. Por eso, no quiero trabajar, porque no me deja tiempo de disfrutar la vida. Pero debo trabajar.
Debo trabajar, tener incluso dos empleos. Mal pagados, agotadores, en horarios complicados, con jefes ineptos e incapaces, y con compañeros que no saben lo que es la buena vida. Deberían escuchar de mi lo que es la buena vida, la que desde mi adolescencia he llevado… pura fantasía y diversión.
Por eso no quiero trabajar… lo que quiero es disfrutar la vida como lo he hecho antes… como lo hacen mis amigos, quienes llegan a visitarme al trabajo para mostrarme la buena vida que me estoy perdiendo en estos preciosos instantes, por estar acá metido, trabajando. Ellos sí saben lo que es vivir… y me lo recuerdan. Música, ritmo, cigarros, botellas, sexo y diversión… eso es vida, y no esta carga de trabajar.
Debo trabajar, para poder tener el dinero desechable que necesito para disfrutar la vida como quiero; y para pagar las cuentas, ahora que todo está muy caro y los niños quieren tantas cosas que tengo que gritarles que no son ellos los que mandan, soy yo. Así me lo enseñaron mis padres, y seguramente, así lo aprendieron ellos de mis abuelos. A gritos, de la misma manera que les enseñaron a ellos en el trabajo, cuando los obligaron a trabajar, trayéndoles por la fuerza y con cadenas desde la tierra de mis ancestros, donde vivían tranquilos sin necesidad de ser obligados a trabajar…como esclavos de este país.
Labels: gringadas, reflexiones, Trabajo
posted by soyChapin at 11:19 PM
2 Comments:
This is more like it!
O sea, éste curso de ideas sí puede derivar en iniciativas y soluciones más apropiadas...
ESO ES CULPA DE EVA HERMANO, POR PONERSE DE SAPA!!!!SINO ESTARIAMOS TODAVIA ANDANDO EMPELOTA Y CAGADOS DE LA RISA SIN SABER LO QUE SIGNIFICA TRABAJARAS CON EL SUDOR DE TU FRENTE!!!MUJERES QUE VAINA.
Post a Comment
<< Home