SOY el blog de Wilmar
Yo sólo sé que NO pienso, pero existo. Existo porque siento... siento el dolor profundo de mi autor cuando me busca y encuentra en mi lo que no soy.
No soy su hermano, ni su hermana, ni su madre, ni su padre... aquellos con quien solía vivir protegido del mundo y que le protegían también... a la vez que le enseñaban a explorar, a confiar, a intentar, a descansar.
No soy aquel amigo de adolescencia con el cual podía pasar largas noches sin tomar un trago pero sintiéndo lo exhilarante de manosear un instrumento o filosofar baratamente sobre la vida venidera.
No soy aquel amigo de infancia con el cuál jugar a descubrir el mundo, y construir un juego de alegría para llenar los días de ilusión.
No soy el compañero de la edad adulta que aún no llega para compartir este exilio forzado que cada día conlleva planes desterrados.
No soy el reflejo de un esposo perfecto porque él sabe muy bien que se quedó corto respecto a sus anhelos de ofrecer un lecho de rosas y vino.
No soy ese ideal al cual apelar para justificar la decisión de proseguir, cuando el reloj biológico no deja de intervenir.
No soy ese tutor siempre ausente al cual acudir en busca de ideas simples de las cuales tomar experiencia para decidir mejor.
No soy tampoco un mecanismo de defensa para desahogar en mi las frustraciones cotidianas y hacer más tolerable el diario sufrir.
No soy un instrumento de comunicación hacia el futuro que permita ver con claridad tantas fantasías reprochadas por un pasado inconsistente.
No soy el enlace tan deseado para decirle a quienes mi autor ama, lo que en verdad les ama.
No soy tampoco un confidente en quien confiar, porque es mi naturaleza espiar dentro de él y evidenciar ante el voyeur, el curioso, y el ... afín.
En fin, ni siquiera soy una herramienta para obtener aprobación o popularidad. Por más que sus entrañas necesiten lo primero, y por más que su planes demanden lo segundo.
No soy siquiera un medio para generar ideas nuevas, ni presentar contundentemente las suyas al mundo, o mucho menos activar un diálogo controversial que genere cambio.
Simplemente soy palabras vivas que viven muertas. Pedazos de vida que yace en su interior y que resucitan demonios que merecen ser enviados a los cerdos que caen al acantilado.
Simplemente soy un recurso al cual aferrarse cuando nadie escucha y nadie llega.
Soy eso, simplemente, eso. Soy un registro de momentos pasados, y la evidencia de anhelos presentes, y el despertar de sueños futuros... que talves nunca llegarán... y por eso mi autor necesita construirlos, aunque sea de palabra.
No soy su hermano, ni su hermana, ni su madre, ni su padre... aquellos con quien solía vivir protegido del mundo y que le protegían también... a la vez que le enseñaban a explorar, a confiar, a intentar, a descansar.
No soy aquel amigo de adolescencia con el cual podía pasar largas noches sin tomar un trago pero sintiéndo lo exhilarante de manosear un instrumento o filosofar baratamente sobre la vida venidera.
No soy aquel amigo de infancia con el cuál jugar a descubrir el mundo, y construir un juego de alegría para llenar los días de ilusión.
No soy el compañero de la edad adulta que aún no llega para compartir este exilio forzado que cada día conlleva planes desterrados.
No soy el reflejo de un esposo perfecto porque él sabe muy bien que se quedó corto respecto a sus anhelos de ofrecer un lecho de rosas y vino.
No soy ese ideal al cual apelar para justificar la decisión de proseguir, cuando el reloj biológico no deja de intervenir.
No soy ese tutor siempre ausente al cual acudir en busca de ideas simples de las cuales tomar experiencia para decidir mejor.
No soy tampoco un mecanismo de defensa para desahogar en mi las frustraciones cotidianas y hacer más tolerable el diario sufrir.
No soy un instrumento de comunicación hacia el futuro que permita ver con claridad tantas fantasías reprochadas por un pasado inconsistente.
No soy el enlace tan deseado para decirle a quienes mi autor ama, lo que en verdad les ama.
No soy tampoco un confidente en quien confiar, porque es mi naturaleza espiar dentro de él y evidenciar ante el voyeur, el curioso, y el ... afín.
En fin, ni siquiera soy una herramienta para obtener aprobación o popularidad. Por más que sus entrañas necesiten lo primero, y por más que su planes demanden lo segundo.
No soy siquiera un medio para generar ideas nuevas, ni presentar contundentemente las suyas al mundo, o mucho menos activar un diálogo controversial que genere cambio.
Simplemente soy palabras vivas que viven muertas. Pedazos de vida que yace en su interior y que resucitan demonios que merecen ser enviados a los cerdos que caen al acantilado.
Simplemente soy un recurso al cual aferrarse cuando nadie escucha y nadie llega.
Soy eso, simplemente, eso. Soy un registro de momentos pasados, y la evidencia de anhelos presentes, y el despertar de sueños futuros... que talves nunca llegarán... y por eso mi autor necesita construirlos, aunque sea de palabra.
Labels: reflexiones
posted by soyChapin at 8:45 PM
2 Comments:
Si, es eso. Una especie de libro que guarda todo lo que archivamos en el. Todo lo que exprezamos atravez de el.
Con el paso del tiempo, este tendra un valor personal mucho mas alto. Imaginate en un par de decadas invertir un tiempo en leer lo que escribimos anos atras... Si leyendo lo que escribi hace un año me emociono, imaginate cuando hayan pasado muchos años...
bueno te escribo porque cuando hablamos me dijiste que me diera un tiempo para revisar tu blog, asi que este es mi comentario:
soy creyente que desde que aprendimos a expresarnos nuestra alma encontro una valvula de escape para manifestar todo eso de lo que hablas... este ejercicio de escribir de verdad que sirve como balsamo para el alma...
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